lunes, 27 de octubre de 2008

Andando y hablando por los codos



Hacía mucho tiempo que las nenas no se reencontraban todas juntas y ellas solas, sin sus hombres. El aniversario de los 30 cumpleaños de la Nere, nos ha llevado a tierras navarras este fin de semana. Con el bocata a cuestas para la cena del viernes y los maleteros llenos de comida y maletas, emprendimos rumbo a Narbarte, pueblecito de 300 habitantes a 44 kilómetros hacia el norte de Pamplona. Allí nos alojamos en una casa rural, antiguo molino rehabilitado. La cutre de la dueña nos dejó papel higiénico sólo para la primera meadita, nos quitó la calefacción a las 12 de la noche y ni rastro había de fairy o jabón Lagarto con arpillera. Cenamos y charlamos, pero la edad y el cansancio de la semana parecen que empiezan a pasarnos factura a estas edades, y muertas que estábamos para la 1 de la mañana, así que…a dormir, que hace frío!!



El sábado madrugamos; hacía un día espectacular y nos fuimos a ver el Señorío de Bertiz, parque natural con impresionantes paisajes que gracias al otoño son mucho más bonitos. Dimos un paseo de aproximadamente 2 horas, con guía incluída que nos iba contando toda la historia, las clases de árboles, leyendas de brujas… Nos quedamos a comer allí mismo y por la tarde visitamos el jardín botánico, con infinidad de especies, árboles, arbustos, hojas, hierbas, charcas… para finalizar la excursión nos fuimos a pueblos varios, como Etxalar o Bera.


Por la noche y ya en el hogar, jugamos a las cartas como las señoras, acompañadas de unas copitas que hicieron que el juego fuera aún más divertido. Al cambio de hora llegamos despiertas y poco más tarde nos volvió a entrar sueño, así que.. al sobre!



El domingo algunas se despertaron con dolor de cabeza, al parecer tenían una especie de resaca debido a las ingestas de la noche anterior. Partimos hacia las cuevas de Urdax, pero no pudimos entrar por incompatibilidad horaria, así que continuamos el recorrido por las cuevas de Zugarramurdi, nombre imposible de pronunciar para algunas. Allí descubrimos el lugar donde las brujas realizaban sus aquelarres (aquello sí que eran fiestas y no como ahora, jijiji).
Comimos en el mismo pueblo rodeadas de moteros franceses y llegamos a la conclusión de que en España hablamos muy alto. Por la tarde visitamos el museo de las brujas, que personalmente no me gustó na de na, vamos que si nos dan un folleto y nos lo leemos, pues nos quedamos igual.
Y como suele ocurrir, los fines de semana siempre son cortos y este también llegaba a su fin, con lo que nos montamos en los coches y emprendimos rumbo a los hogares. En definitiva: ha sido un finde muy completo donde ha habido tiempo para todo, sobre todo para no parar de andar, ni de hablar!!!